domingo, 1 de noviembre de 2009

Espacio infinito (Mandame la ambient)

Vivía en una nuez y me considera rey del espacio infinito. Yo tenía un espacio infinito. Pero hay cosas que de pronto empiezan a oler mal: el vitel tonné, un país emergente, la gangrena, un matrimonio ¿Una nuez? El espacio infinito te llega a quedar chico (y huele mal). Pero... a ver... No es que sea tan chico. No tanto. Ponele que las cortinas son. Que se te prenden de monotonía y esperas encontrarlas hasta en el inodoro. No, las cortinas no estaban bien. Y yo aprendí que ejercen una especie de misticismo violento contra todos los otros objetos del Espacio Infinito, y sus propias disposiciones. Porque no podés pretender que un par de imágenes de mazorcas o un trigal completo queden en consonancia con los sillones de franela azul. No. Porque uno puede ser ecléctico, pero también sabe ser ridículo. Y hasta a veces, como no reprimirlo*. Entonces querés arrimarle kerosene a un grupo de adolescentes hormonalmente activos. Pero ¿sabés que? Al grupito lo conducís hasta las proximidades de tu nuez, de tu espacio infinito. Claro que antes de eso, antes de prenderlo fuego. Entonces si. Ya tenías el kerosene a mano, o en las manos, por esto del cambio climático. Y fuego. Fuego al grupo de adolescentes ¡Si! Qué justamente rondaba la nuez. Se prendió la nuez, el espacio infinito. Y porque sí, porque la mirabas y te corría por las venas el dolor y la verguenza en forma de criaturitas con patas de anclaje y esos accesorios desaforados que solo saben portar los virus y algunas amebas con colesterol. Y se fue. Me deshice. Porque cuando la franela azul dice no: dice no.



Imagen asociada al infinito.
Subida por algún energúmeno que también
supo dar su opinión sobre el destino, el futuro
la gonorrea y otras asociaciones sin fines de lucro





Pero como uno es súper cool y está al mango de globalización, acto seguido encuentra otro espacio en el que pueda desenvolverse tal cual es ahora, y sin sentir los pómulos calientes (al menos provisoriamente).



Y todavía estoy en edad de encontrar el mundo lo suficientemente anodino y suicidarme sin haber puesto un pie en alguna oficina del estado. Ergo todo es volatilidad, y la fecha de caducidad de este blog es:



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O puedo hacer un curso sobre las bondades de la franela azul.





*Se conocen algunas variantes del género, capaces de adoptar una ridiculez desaforada y sentirse orgullosos respecto de ella. Algunos mitos orientales hablan de ridículos per se. El espacio sináptico de estos sujetos está en estudio.

1 comentario:

  1. jajajajajajajajajaaaa...(Me reservo las comas porque la risa es fluida. Alguien se ríe con pausas aparte de papá Noel?)

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