jueves, 21 de enero de 2010

El tiempo libre sangrando, muriendo y pidiendo "Auxilio, Divino". Divino no escucha


Mientras pensaba ciento treinta y dos variaciones diferentes de morir sin ensuciar mi playera* (en secreta y horrorosa colaboración con las películas de George Romero), recordé, milagrosamente, que, hacía mucho tiempo, me había propuesto con harto entusiasmo hacer valer los derechos de los jóvenes y las bondades naturales del prejuicio, con un gráfico de esos en los que prevalecen las etiquetas llenas de gracias. Todo para demostrar que la capacidad de vergüenza propia es inversamente proporcional con respecto a la edad; y la edad, a su propia Vez, inversamente proporcional a la vergüenza ajena. La propia Vez de la edad me pareció muy impropia y me morí o me horroricé o me dormí. Fui un poco feliz con este caudal de cuestiones que se presentaban de manera inédita por debajo de mi calavera y que me revelaban nuevas ocupaciones. El culmen de la eternidad inmóvil, el culmen de la felicidad de museo, llegó cuando pensé que para poner en marcha este último proyecto, podría utilizar uno de esos complementos de Microsoft Office que siempre leo por arriba pero se que existen y se llaman PowerTronicNintendo. Después, no quedaba más que intuir que la hora de la carne pálida** sería antecedida por un golpe metálico y sinfónico de reloj, y que ese golpe era más inminente de lo que pensaba. Pero eso lo intuí cuando recordé que otra cuestión esperaba de mi ejecución: tenía que obtener, de cualquier manera posible, el soundtrack de Los Sims y, tras unos sofocantes minutos, decidir cual era la canción más depresiva. Demasiados pensamientos y un tiempo demasiado completo y demasiado real, mis cuentas pendientes me iban acelerando los días. Súbitamente, una taza de café con leche descendió del cielo y se encendió porque dijo "tú eres el apóstol de la vida", y yo casi creí que me moría. Dediqué el tiempo restante a eliminar de mi mente, el momento en el que eliminaba de mi mente, la acción de eliminar de mi mente los minutos anteriores a La Venida del Café con Leche, y lo llené con arena.

Y cuando pensaba que mi mente aparcaría* su motivo angélico y me concedería, en forma de monedas de oro, unos minutos de descanso, en ese momento entendí que todavía existían otros temas que necesitaban de mi intercesión. Como decidir cual de los siguientes comerciales* es más bizarro.

La cruz de la plegaria. Nunca antes, usted gozó del milagro de un cilicio de bolsillo.


"Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, así empieza una de las más importantes plegarias del cristianismo. Y ahora, está plegaria podrá estar siempre cerca de tu corazón (Eso queda a la izquierda) con la "Cruz de la plegaria" de colecciones Montebello. Esta cruz esconde ¿durazno? (¿wtf?) una piedra secreta que, a contraluz, revela el "Padre Nuestro", entero, delante de tus ojos (Ver para creer) ¡Observa a la gente sorprenderse por primera vez ante esta mágica experiencia! (Me asombra la capacidad argumentativa, "Vos, no-cristiano, debes adquirirla si te excitas como un impío ante la cara de sorpresa de tu prójimo") Esta cruz utiliza cristal auténtico y una fidedigna roca austriaca (Subliminalmente adorable), creando, no solamente una magnífica pieza de joyería, sino también un importante accesorio espiritual (claro porque "lo material para lo espiritual"). Cuando lo colocas ante la luz, (bla bla bla), aparece instantánea y milagrosamente (sic) la plegaria a nuestro señor. Disponible en tamaño para adultos y para niños (dejen que los niños vengan a mi), es un excelente regalo para cualquier ocasión. Cada una de ellas viene con un certificado de autenticidad (¿Indulgencia plenaria?) y una hermosa caja (Si, un de esas me vino con mi lapicera Paper Mate, pero tampoco por eso hice un escándalo)... bla bla bla... Pascuas... Navidad... Jalea..."


Listen Up!

"Cuando pensaba que me estaba perdiendo de algo, cuando creía que el mundo era una bola de grasa distante que no entendía mis comentarios, di el gran paso que todo hombre da en algún momento de su vida: Hice un curso de Geología, Mejore mi gramática y adquirí Listen Up!, el amplificador de sonido."

Idealista Empedernido al ser interrogado
respecto de la quema de pastizales con
música de Pipo Pescador, de fondo




" '¿Puedes apagar la televisión, por favor?'
¿A veces molestas a otros mientras miras televisión? (La típica pregunta de apertura. Love it)
'¡Eso no debe estar tan fuerte!'
¿La gente te pide que bajes el volumen?
Ahora, tienes Listen Up!, el amplificador personal que te permite subir el volumen para ti, sin tener que subirlo para los demás. Cambia el sonido normal, por sonido extraordinario. Es más pequeño que una tarjeta de crédito (¿Y eso?), y es tan poderoso, que puedes escuchar la caída de un alfiler (Mi gran problema, después de la quema de pastizales) o escuchar una conversación a 100 pies (¡WOW!) de distancia (Apología del hostigamiento sexual o la violación de la privacidad)
(Una anciana escuchando...) '¿Conociste a los nuevos vecinos?' '¡Si!' 'Yo lo conocí a él, parece agradable' (Este es el tipo de información que Facebook o la CIA recoge)
Sólo colócate los auriculares y sube el volumen. Ahora puedes ver televisión de noche o escuchar música, sin molestar a nadie ¿Siempre quisiste escuchar conversaciones lejanas? ¡Ahora puedes hacerlo discretamente!
(Uno ejercita sus músculos-de-brazo mientras escucha a unas muy distantes señoritas...)'Tiene buen cuerpo, ¿no?' 'Es muy lindo'.
Úselo en eventos deportivos o para escuchar los tranquilos sonidos de la naturaleza (Ahora si, creo que necesito uno). Jamás se perderá una palabra en Lecturas (?), Películas (Que están viendo en la casa de al lado, claro), Shows, ¡o incluso en la Iglesia! (Nunca nadie entendió el latín. Ni el castellano pastoral) Es una buena forma de cuidar a los niños (Capta el sonido de cualquier ser humano, incluso el de un violador)... bla bla bla"

Al terminar este tipo de comerciales, solo se presenta una última duda: La anciana del segundo 36 ¿Estaba revisando la correspondencia* ajena? ¿Fue el Quijote de la Mancha el primer viajero del tiempo?

Gráfico que intenta justificar mi tiempo libre y la teoría de las vergüenzas




La flecha azul demuestra que las personas que se convierten en espectadoras de un comercial de Tv Compras, pueden mantener sus altos estándares de "Verguenza" de por vida. Claro que en un nivel menor de aquel que tiene un adolescente normal, debido a la tendencia sociópata de estas personas de alistarse en el ejército o en Green Peace. Esa es gente sufrida.




* Uso del español neutro para fomentar la visita de todas las razas latinoamericanas*** Más información aquí
** La playa fue un perfecto lugar para ensayar nuevas metáforas
*** Cuatro palabras que conducen a una única anotación, eso si que es nuevo.

martes, 12 de enero de 2010

After something. Before something. The something.

En la habitación no había ventanas porque dsdh sh yijnind. Nos pareció estrafalario pero sonreímos de a poco, porque ¡dsdh! y en ese contexto, un exceso de la imaginación. El eco no les existía porque los espacios habían sido construidos con la medida de las limitaciones. Al tiempo lo contaban por una constelación de chasquidos en la habitación, con una constelación de chasquidos en la lengua, y eran trescientos chasquidos, "tch, tch, tch: dos años". Pero ni uno solo de esos chasquidos que escuchábamos era un eco , porque habían construido las habitaciones pensando en la potenciación, en la suma algebraica, el olvido y otras vagas propiedades del intelecto, y entonces habían sentido que el chasquido era tan pequeño, en comparación con una montaña o la suma de dos infinitos. Después de los cuatro mil chasquidos, todavía el sol me pegaba en el ángulo menos sensato del cráneo, de ahí que pensásemos en la deficiencia de su kronos. Uno me dijo que ellos concebían un tiempo personal, y que para ellos, el tiempo, era la distancia de un pensamiento a otro. Era la negación del tiempo. La falta de coherencia me maravilló y después me hablaron de ghu ynyjiutu (...). Recorrimos las bibliotecas que improvisaban con la pluma de un niño, sobre el suelo. Notamos que el estante mayor estaba vacío, pero en el que estaba debajo, "el estante de debajo", un desorden perceptible, una falta de coincidencia en los lomos, la horizontalidad de los tomos, la contratapa al descubierto e incluso el montón final de libros en el suelo (a la sombra del estante último), nos arrojó que su concepto de "Biblioteca" se sintetizaba con: "el lugar en donde caen los libros y el montón de libros caídos", tal explicación estaba escondida en un balbuceo y el entendimiento nos costó veinticinco mil chasquidos. Vimos una biblioteca en la cima de un pinar, en un lecho mortuorio, pero más nos inquietó la que tenía forma de estantería. Hablaban y sus lenguas nos parecieron tan oportunas, que creímos necesario abandonar todo rastro de nuestro idioma. Escupimos. Era una dicotomía de lanzas envenenadas con pólvora anesteciante. Pero más las lanzas. Su vocales estaban tan consumadas, sus consonantes eran tan espontaneas, el grito onomatopéyico signaba el curso de las oraciones. Descubrimos el curso de las oraciones. Predijimos el curso de las oraciones. Era la lengua de la lengua, y la palabra de la luna era la luna. Estábamos tan felices que hacía ochocientos años que practicábamos el arte. Después nos guiaron por la cima de una biblioteca. Vimos un ave. Falleció. Vimos un hgisjdj, fallecieron todos menos dos y menos yo mismo, que entonces relato. Un zaguán hecho con los tomos de un libro teológico anunciaba el área de la literatura fantástica. Abrimos un libro y nos olimos en las líneas. Leímos a una mujer casta de tanto blanco uniéndose con un hombre en una dicotomía feroz. Leímos a la mujer. Leímos un falo. Leímos al hombre. Leímos un perro sobre los pies de un humano. Leímos pies. La democracia, un gobernante. Leímos la república y leímos las banderas, los escudos, un himno, leímos el catarro que lo pronunciaba. Leímos una prostituta, leímos el mar en verano y un centenar de familias que comían arena en contra de las voluntades. Leímos la contra de las voluntades. Leímos la familia y eran más de cuatro, el poder, la fama, el orgullo. Sus poderes metafísicos estaban hambrientos. Reímos porque la cortesía. Después nos alejamos casi asustados, y nos hicimos prometer algo entre llanto. Y ahora corremos, pero hasta llegar a la nave, hasta abordar la nave y escapar de estas tierras misceláneas, tortuosas, dejar de udji sdhdhyo y de dsjsjk kak. El viaje inició y yo pensé que "La Iliada" en las manos de uno de ellos, les hubiera causado risa, y de tanta risa, "La Iliada" en el suelo. Pero no hubiera sido una Biblioteca, ¡cómo se reían cuando dijimos biblioteca!