miércoles, 5 de enero de 2011

Estar también en el futuro también es una ausencia

Idea que refirió un programa de televisión es una que no hace mucho empezó a expandirse sobre la cara de Dios. El programa era una suerte de experimento de simulación social. Sus personajes eran tres cuando contamos a los que sobreviven de un día a otro. Los tres compartían la suerte de los jóvenes y los marginados: querían ser policías. Los tres no se habían dado cuenta: lo eran desde hacía tres años o dos, pero los arquetipos bíblicos ejercían sobre ellos una ceguera especial, la rutina. En un capítulo hay una muerte dolorosa y secreta. En todos los demás también. En el siguiente, una multitud se congrega en una plaza pública para repudiar el control despótico que un gobernante hace de ellos; los tres policías toman el poder para que ya nadie diga que son "oficiales corruptos": en este punto, la serie ha variado para ser su sucesora o una definición nunca antes oída; la gente celebra después y la están matando; la gente celebra porque la están ordenando; el último de los oficiales casi pregunta: "No tengo nada contra la gente, solo, no la coloque tan cerca"; esta frase también es última y tampoco es oficial. Súbitamente encuentro que relaté el final de la serie. Un dato mínimo que muchos disfrutan de leer sobre ella es uno que habla de las operaciones oficiales para encontrar maleantes. El método es numérico, como el método del apocalipsis o el de la astrología, cuya unidad es el año o la causa. Es también un método externo y un método no específico. No falta para que entre en el concurso de los métodos inadecuados. Participa en verano de los métodos fáciles y de los métodos para después de Navidad. El método puede ser definido en estas palabras: El cálculo del tiempo restante para el final del capítulo está evidentemente relacionado con la confirmación de la sospecha sobre un incriminado. Pongamos por ejemplo: Una mujer muere por argumento teológico. Su muerte está rodeada de suspenso místico y dos veces se reza un padrenuestro completo, dos veces se pregunta sobre la identidad de la mujer, dos veces se dice su nombre, dos veces hay alguien que refuta: la atmósfera es de simbolismo irresuelto pero que se resuelve. Su marido había dormido con ella toda la noche y habló muchas veces conversaciones que nadie conservó. Uno de los oficiales, el menos astuto, sugiere que el marido es culpable (esta mención es siempre necesaria pero nunca es definitiva). Otro oficial sugiere que se lo ponga a consideración. El tercero, el último, calcula el tiempo de final: restan cincuenta minutos. Su deducción será la siguiente: si condenamos a este ahora ¿cuánto tiempo quedará por llenar y sin material razonable? (aunque ni una de estas especulaciones se pone en escena). El marido gusta de la libertad y le dan el gusto. El método suele ser pretencioso pero también acierta mucho. Muchas veces se equivoca pero la equivocación excede las características del programa y queda flotando en el aire o afuera, de manera que la verdad resulte otra. Muchas veces, cualquier marido puede empezar a reanudar su carrera en la repartición de argumentos de la que vengan nuevas víctimas y sin necesidad de estar casado: pero estos hechos no suelen contarse en el episodio o se cuentan como disculpa en episodios posteriores, cuando ya a nadie le importa porque el tercer oficial, el último, tendrá un hijo con la telefonista y un hombre que mata de acuerdo con los horarios de trenes y las iniciales de un nombre ya está dando que hablar y está en la televisión. El método es peligroso: una mujer es sospechosa de haberle hablado a su tía antes de su muerte; inmediatamente se convierte en sospechosa de la muerte misma; calculan el tiempo restante y son cincuenta minutos; se la libera y se la perdona; pasan cuarenta minutos y la asesina vuelve a ser la misma mujer (pero nunca había dejado de serlo): en estos casos, no se ha tenido en cuenta el factor de la sospecha postergada, pero muchas veces se tiene y no muere tanta gente. Otra vez el programa dura diez minutos y con resolución incluida. Muchos dijeron que ese episodio ya estaba dispuesto o predestinado a ser así. Extrañamente, los oficiales lo sabían y apuraron sus averiguaciones. Todo pasó tan rápido que decidieron guardar la identidad del asesino que también pudo ser una vaca o un gorila no amaestrado, en la época de los plenos gorilas con maestro. Los tres oficiales son tres por una costumbre de la memoria, que ya supo de Moiras que también ocasionaban y prevenían el futuro y de Erinias quienes también se dedicaban a juzgar con crudeza y ceguera. La triple operación se puede resumir en un oficial, pero el programa es de carácter alegórico.

Entrevista con uno de los creadores que no se llama Jeff Johnson:
- ¿Podríamos concluir que descubren crímenes por el tiempo que falta para que termine el programa?
- Si.
- Todos deberían ser programas de 50 minutos, porque calculan desde la primera vez que aparece un sospechoso. Una vez sucede que quedan 20 minutos, habían rellenado otros 20 con chistes sobre judíos y negros hablando mal.
- Si.
(Inventado por Un Espíritu para su "Conferencia sobre papeles letárgicos y subculturas que esperan por un miembro")

Nelly Kelley, de la revista "Panteísmo no es Globalización", acertó en mostrar la eficacia natural de estos oficiales que nadie necesita escribir en un guión. Los tres se encuentran en la escena y las cosas fluyen, fluyen como el río del tiempo, por ejemplo. En otro artículo resalta la capacidad artística de los tres oficiales que muchas veces deben fingir relaciones conyugales entre ellos mismos, o entre otros miembros del escuadrón para estimular respuestas en los sospechosos: respuestas que no necesitan pero que ayudan a complementar la sagacidad adquirida o la contradicen para bromear. Nadie hay de los que son capaces de notar más cosas en el desarrollo del programa, pero los ayudaré mencionando el hecho fantástico de la previsión de pensamiento: los oficiales acompañan el devenir mental de los sospechosos completando sus estados mentales con sugerencias, situaciones, hipótesis, hiperantítesis que, por lo común, no manipulan el amplio, convexo y difuso mundo de los hechos pasados, que hasta se confunden con el pasado (quiero decir, con el mito). Ante una escena de lágrimas, el oficial puede comenzar sugiriendo que la persona estuvo muy enfadada, que tuvo una discusión con la otra que ya murió, que tiene un registro de acciones que también son "ejemplos para un Ser Vengativo", y otros hechos más o menos genéricos que no descartan la importancia de estar lidiando con un homicida (resultado silogístico de la operación). Nelly Kelley se aprestará a omitir estas anotaciones que yo hago por decir que son más bien características contingentes o no premeditadas, carácter, este último, que (como ya aprendimos del tercer y último oficial) "Jamás quita el mérito de la culpabilidad". Y es cierto.


Las repercusiones del hecho del final anticipado no tienen límites. Margo Strôgmer ya había escrito un manifiesto a favor del marxismo llamado, "A favor del marxismo", que goza de la clave de los comunistas que es "siempre ser explícito", carácter que ha comportado excesos de interpretación. También escribió una novela sobre seres con nombres autóctonos y arcaicos de aparición espontánea que adolecen de niñez y de embarazo o de proceso, y que a cada segundo están en un estado sin causas vívidas, que recuerda fácilmente a esa "Tierra de los cinco minutos"*. Ahora también inició una campaña que involucra al programa, a su método y a la Primera Persona, Bellísima Grant. Esto Bellísima Grant, "mujer del pueblo", "cara autóctona", "palabra de todos o de Dios", "miembro del orden", es también el blanco experimental de las primeras bromas, los primeros usos de un sobrenombre y la primera deudora de un programa sin cuotas de adquisición solar. Dicen que Dios la creó para bromear y para "ver que pasaba" o "por si acaso"; su costilla es fértil y su sexo es dudoso, pero también inició las primeras dos guerras mundiales a las que opacaron las dos siguientes verdaderas guerras mundiales (definitivas) y a las que los profesionales de la historia simularon bajo el nombre de "carrera armamentista" o como un nuevo affaire de Roosevelt con quien también tendría al nacionalismo. Como Bellísima salió bien, pasó a ser un personaje de Virginia Wolf, pero algunos se resisten a dejar de llamarlo como es, Bellísima Grant, hecho que atrasó cien años en el tiempo a la humanidad que ahora tendría implantes de córneas gratuitos e innecesarios. Bellísima Grant, proyecto de hombre, también es recientemente utilizada con el método del final anticipado. Margo Strôgmer utiliza el método para desarrollar la vida de esto y ha adivinado tres casamientos y dos muertes en Bellísima Grant pero ha olvidado mencionar el sexo de sus hijos antes de nacer. Aquel podría ser el comienzo de toda una raza paralela que Dios había cuidado de vedarnos. Algunos magnates no han dejado de decir desde hace dos meses que el uso del método de El Último Oficial en la vida de Bellísima Grant supone la creencia en la teoría de la predeterminación y supone saber el final de la vida de esta persona que ya varias veces se ha declarado "Inmortal y recesiva". Margo Strôgmer, católica absoluta, ha aceptado las críticas y nos ha recordado la utilidad secreta de ser comunista y anti-comunista al mismo tiempo, goce que ya algunos mártires cristianos implementaban y al que los padres de la Iglesia llamaron "Bilocación". Margo Strôgmer toma la vida de Bellísima Grant y cuenta: faltan tres años para su muerte, hoy Bellísima Grant sufre de una descompostura; Margo deduce que Bellísima no puede morir hoy y que su muerte es irremediablemente lejana, pero irremediable. Muchos hacen como que anotan que entonces es como si Bellísima ya estuviera muerta. Margo se ofende. Un hombre inteligente ha sabido decir: "La acción de adivinar instantes sucesivos en el tiempo a una distancia de minutos o días es casi una molestia, una carga o un chiste que no ayuda a resolver cosas que si pasaron. Sería un adelanto tecnológico importante permitirnos abandonar este método y dejar que los hechos se desarrollen según su curso natural: el del reemplazo y la reposición. Me estoy perdiendo mi programa de televisión". Mi deducción personal es la siguiente: el método del oficial es utilizado a partir de un régimen horario predefinido para adivinar hechos externos a él; el método en función de Bellísima es reincidente porque se basa en la vida de esta persona para adivinar hechos de esa misma vida (es decir, su vida). Los resultados son abominables.

Últimamente es cuando adivinos y oficiosos de la traducción han decidido aprovechar el método del Tercer Oficial para adivinar el devenir del mundo. Utilizan el sistema de años y meses. De esta manera es que se ha sabido que Venezuela no declararía su guerra a Malawi porque esas cosas suelen suceder en Noviembre, según datos de La Historia. El gobierno de Venezuela se defendió diciendo que no dejará de hacerlo, pero que aprovechará el sol de Diciembre para tostar a sus soldados y confundirlos con nativos. En la confusión, los soldados de Venezuela correrán con el riesgo de matarse a ellos mismos o de defender la causa de Malawi, quien espera desde hace años por un mesías que Venezuela simuló ofrecer en Octubre pasado a cambio de un dinero que no se devalúa: La fe popular. Una crisis de inflación atacó el sistema de un país a cargo de una presidente. Los oficiosos adivinaron que no dimitiría. La presidenta no dimitió y es posible que la influencia de los adivinos haya sido perniciosa.

*Hans Krimer, recientemente, ha sacado a la luz un manuscrito que otros se apresuraron a decir "Obra de arte" y "obra de teatro", simultánea e increíblemente. El manuscrito no está terminado, pero lo está y también estaría basado en esta tierra de los cinco minutos que mencionamos. A cada momento, en esa obra, la situación no tiene causa evidente. No tiene causa alguna y muchos espectadores que la vieron de día se quejaron de la "vigilia infundada a la hora del sueño" (con estas palabras) a la que la obra induce. Estos mismos espectadores se apresuran a cambiar de opinión y olvidarse, hacer comentarios sagaces o más bien genéricos o hablar de un poema de Baudelaire que a todos les gusta volver a decir porque es tan bueno.


La vida también es numérica (además de la historia, la filosofía y la resolución de crímenes en serie): Resume este texto en GoogleVersions y averigua en que categoría entra según el novedoso sistema de catálogo por número de caracteres (La literatura realista no puede limitarse a los 1000 pero vence una vez más a la literatura fantástica tras el descubrimiento de estos fósiles de unircornio)

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